Es común ver a las
aves marinas atraídas por los barcos de
pesca buscando el descarte para
aprovecharse de este recurso
predecible en una situación en la que sus presas potenciales están en declive. Pescadores y aves marinas compiten así en la obtención del botín, resultando interacciones entre ambos. Los pescadores recreativos y palangreros artesanales admiten la frecuencia de estos episodios con aves
marinas, y añaden que son un fastidio ya que “roban” los cebos en los anzuelos, generándose
así situaciones de alto riesgo para las aves y perdida de los cebos y anzuelos
para los pescadores. Desafortunadamente muchas aves mueren
ahogadas al quedar enganchadas en las diferentes artes de pesca o salen del
incidente malheridas.
Audouin con anzuelo [Foto: Grupo Ecología de Poblaciones] |
Este problema se multiplica en la pesca comercial, especialmente con los grandes barcos que faenan en el Mediterráneo. Se sospecha que podrían causar la muerte de miles de aves (de momento sólo hay datos estimados), ocupando los primeros puestos en las listas de amenazas para muchas de las especies (algunas muy amenazadas), junto con la contaminación del océano, la pérdida de hábitat litoral por el desarrollo urbanístico y la introducción de depredadores en las zonas de reproducción.
Debido a la amplitud de la zona geográfica y la dificultad y coste de obtener datos de un medio como el mar, la heterogeneidad o irregularidad de los eventos de captura accidental tanto en el espacio como en el tiempo y la variedad de artes de pesca existentes, no tenemos datos suficientes para valorar los efectos de la captura accidental sobre las poblaciones de aves marinas.
A través de este proyecto pretendemos acercarnos al modo de obtener estos datos imprescindibles sobre capturas accidentales de aves marinas para mayor conocimiento de la biodiversidad del mar Mediterráneo.
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Anzuelos de arte de palangre |
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