Las aves marinas

Estas son las cuatro aves marinas amenazadas que "vigilamos" en el proyecto:

Pardela Cenicienta            Pardela Balear            Cormorán Moñudo         Gaviota de Audoin

CORMORÁN MOÑUDO

Se asienta en los tramos rocosos más inaccesibles de costa. En el mar, usan sus robustas patas palmeadas para propulsarse como un torpedo, lo que les convierte en grandes buceadores, incluso a gran profundidad. Es una de las aves marinas que ha experimentado una mayor regresión en España en los últimos años, a causa del impacto de la sobrepesca sobre algunas especies de su menú. También por la contaminación, las molestias por embarcaciones de recreo. Al ser costeros, son propensos a caer en redes estáticas cercanas a la costa, como el trasmallo o las morunas. 

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PARDELA BALEAR

Es la única ave marina endémica de España. En algunos lugares costeros se las consideraba una buena fuente de proteína cuando la mar no daba pescado para comer. Pero llevarlas al plato podía ser peligroso: en la Mola, por ejemplo, todavía se conservan las escalas de madera que se usaban para bajar a las cuevas donde criaban las aves, ejercicio que podía costarle la vida a aquellos que se aventuraban a cogerlas. En el mar son grandes buceadoras y tienden a asociarse a comensales (especies que atraen el pescado, como delfines o atunes), aunque actualmente siguen a los barcos, por lo que caen en artes de pesca pelágicas.   

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PARDELA CENICIENTA

Estas buceadoras pelágicas pueden cruzar hasta 4 veces el Atlántico sur durante el invierno, esto es pasar el invierno en las Guyanas hasta acabar en Pantaleu (Dragonera), pasando por Mar de Plata y Canarias... Sólo pisa tierra para criar. A veces se ausentan tanto del nido que sus pollos tienen tendencia a acumular suficiente grasa, a modo de despensa, como para pesar más que sus propios progenitores. 
Siente debilidad por los descartes pesqueros, su talón de Aquiles...

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GAVIOTA DE AUDOUIN

Hace 25 años, esta gaviota era la más amenazada del planeta. Sin embargo, hoy en día la podemos encontrar en supermercados, en jardines devorando dátiles y moras, en playas "robando" la merienda de algún despistado, en canales de riego zampando crías de tortuga de Florida (una especie invasora) y, como no, en cualquier puerto pesquero que se precie, siendo una especie "oportunista" que busca los descartes. A consecuencia de esto, vana caer en anzuelos de pesca de bajura y deportiva, y también acaban lanzándose a los cebos de palangre artesanal (si es que les dejan las gaviotas patiamarillas...).

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[Ilustraciones de Pelopantón]